'Proyecto Colorea' es una iniciativa en materia de Responsabilidad Social Corporativa, que consiste en la entrega de papel de diferentes dimensiones a colegios, organizaciones, proyectos, ludotecas, residencias y toda organización cuya finalidad sea la obtención de una sonrisa.
La iniciativa nace de la pregunta ¿Qué podíamos hacer con 10 toneladas de papel? En primer lugar pensamos en la respuesta más sencilla: “reciclarlo” pero ese debía ser el último paso. Antes debía de tener un uso y posteriormente reciclarlo, así completaríamos el ciclo de vida del producto.
Pero ¿cómo podíamos usar 10 toneladas de papel? La respuesta estaba en los más pequeños. Los niños tenían la solución. Ellos son los únicos que gastan infinitas cantidades de papel. Su constante proceso de aprendizaje y creación hace que un papel sea su mejor compañero durante muchos años. Los colegios nos ayudarían en nuestro proyecto y nosotros les ayudaríamos a ellos.
Por ello, nos dispusimos a probar el papel de 1 x 1,5 metros antes de entregarlo. Primero se los dimos a las hijas de una compañera para que nos contase los resultados. Tras un fin de semana lo que escuchábamos no podía ser mejor. Las niñas habían estado todo el fin de semana entretenidas pintando, trabajando conjuntamente en la elaboración de su retrato y los padres contentos y relajados.
Nuestro primer experimento había sido un completo éxito. El papel respondía a las expectativas puestas en él, aguantaba las exigencias de los más pequeños y les entretenía. Ya estábamos listos para la segunda parte del proceso…..
Pero ¿cómo podíamos usar 10 toneladas de papel? La respuesta estaba en los más pequeños. Los niños tenían la solución. Ellos son los únicos que gastan infinitas cantidades de papel. Su constante proceso de aprendizaje y creación hace que un papel sea su mejor compañero durante muchos años. Los colegios nos ayudarían en nuestro proyecto y nosotros les ayudaríamos a ellos.
Por ello, nos dispusimos a probar el papel de 1 x 1,5 metros antes de entregarlo. Primero se los dimos a las hijas de una compañera para que nos contase los resultados. Tras un fin de semana lo que escuchábamos no podía ser mejor. Las niñas habían estado todo el fin de semana entretenidas pintando, trabajando conjuntamente en la elaboración de su retrato y los padres contentos y relajados.
Nuestro primer experimento había sido un completo éxito. El papel respondía a las expectativas puestas en él, aguantaba las exigencias de los más pequeños y les entretenía. Ya estábamos listos para la segunda parte del proceso…..
